«…Habas en invierno, tomates en verano…»

Me encuentro en la misma disyuntiva que cualquier joven a pesar de ser ya sexagenario.

¿Qué voy a hacer con mi vida…?

Cualquier joven ahora se pregunta esto porque tiene mucha o toda la vida delante de si, pero la mía aunque sea más corta también es mi vida y debo pensar en planificarla, porque no quiero caer en el error de ser un desocupado de la vida, quiero seguir estando activo y no tener miedo a hacer cosas.

Quiero seguir siendo guapo.

Ahora que estoy en los años de oro en el que puedo hacer finalmente todas las cosas que deseé sin tener que preocuparme por el tiempo ni por obligaciones que a otra edad se tienen.

Pero aunque haga eso debo pensar en como planificar mi vida.

Y ahí está la cuestión, pues debes plantearte una base desde la cual puedas llevar a cabo las demás.

Cuando llegas a esta edad no es bueno estar muy en medio de las cosas porque ya no circula a la misma velocidad que el resto, tu reloj no mide el tiempo como los demás, ya no corres para no perder el transporte público ni te importa que haya mucha cola en la caja del supermercado.

No le das la misma importancia a las cosas, ahora haces más tuya la palabra «relatividad».

Ni siquiera te ofende cuando alguien quizás sin mala fe, se dirige a ti como «una persona mayor, o como abuelo…» de hecho es la realidad más absoluta y hay que asumirla.

Tengo muy en mente que una buena idea sería vivir en el campo, cuidar de mi huerto sería sensacional porque es sencillamente maravilloso ver como crece y te dan el fruto aquello que por un tiempo has cuidado con esmero.

Quiero seguir cocinando mis platos favoritos

También tener algunos animales, animales que vivieran conmigo y que murieran cuando les llegara la hora, tener mi/s mascota/s y cuidar de ellos porque ellos también cuidan de mi, no permiten que esté solo y siempre son motivo de alegría.

Olvidarme de la gran ciudad, de las prisas y el mal vivir.

Por que así se puede disfrutar muchísimo y mantenerte ocupado, aunque puedes seguir teniendo libertad cuando lo desees.

Otra ocupación sería la de seguir escribiendo, el campo es un entorno maravilloso para seguir haciéndolo, solo el cantar de los pájaros se convierte en un magnifico despertar, el salir al jardín y oler las flores en una noche de verano, o mirar el fuego de la chimenea en invierno, todo ésto me seduce.

El chirriar y crujir de los troncos en el fuego que te calienta no tiene precio y te ayuda a no preocuparte demasiado por todo.

Creo que si existe un paraíso es ése, pero para no tener las malas influencias desde el exterior mejor tener una buena valla, con una puerta grande con llave de vuelta y media.