Cabe la posibilidad de que alguien de los que me leen me puedan tachar de catastrofista, porque en muchas ocasiones escribo entradas denunciando muchas cosas del sistema y de comportamiento humano, tales como la destrucción del planeta a cambio de treinta monedas, de las leyes que solo benefician a unos cuantos y de la destrucción voluntaria de los valores morales.
Pero también capto rápidamente cuando sucede algo que dice mucho de algunas personas y que he querido hacerme eco, lo cual me ha parecido interesante darle su justo reconocimiento.
Porque en ocasiones se producen hechos que merecen un aplauso, éste, que os voy a relatar se ha hecho público, pero hay muchos otros que pasan desapercibidos, pero no por ello de menos valor.
Esta semana aparecía la siguiente noticia en la mayoría de la prensa:
«UNA JINETE SE RETIRA EN MEDIO DE UNA PRUEBA PARA SALVAR LA VIDA DE SU CABALLO»
Adelinde Cornelissen, atleta de doma ecuestre holandesa, abandonó la Olimpiada 2016 en medio de una prueba para salvar la vida de su caballo, Cornelissen que consiguió la plata y el bronce en los juegos de Londres, ha preferido renunciar con tal de proteger a su «compañero y amigo».
El día antes de competir, su caballo amaneció con la cabeza hinchada y con más de 40º de fiebre. El diagnóstico de los veterinarios fue que algún tipo de insecto mordió a Parzival y lo envenenó. El animal fue tratado durante todo el día y por la noche la fiebre bajó, pero Cornelissen no quiso abandonar a su amigo y durmió junto a él en los establos. «Comprobé cada hora como estaba Parzi, no iba a dejarlo solo».
Al día siguiente el caballo mejoró un poco. La fiebre había remitido y la mandíbula estaba menos hinchada por lo que, con el permiso de los veterinarios, Adelinde decidió competir ese día.
Sin embargo, cuando Cornelissen estaba en la arena preparada para comenzar la prueba, decidió retirarse para que la salud de Parzival no empeorara, y dijo… «Con tal de protegerlo, decidí renunciar… Mi compañero, mi amigo, el caballo que me ha dado toda su vida, no se merecía esto, así que saludé y me retiré de la arena…»
Antes hechos así, no me queda más que descubrirme, porque ha antepuesto la salud de su amigo antes que todo lo que conlleva abandonar en este evento.
No olvidemos que quizás tiró por la borda el trabajo y los costes de cuatro años, la ilusión quizás de toda una vida.
Y yo desde aquí, que sé que te has quedado sin medalla, propongo para ti una medalla, y no una medalla barata chapada en oro, de esas quizás en otro tiempo puedas tenerla, sino una medalla más importante, la medalla del amor y la humanidad
.
Ojala hechos como éste, que deberían ser lo habitual, se repitieran más a menudo, que el amor y el altruismo nos hiciera el corazón más grande.
Desde aquí Adelinde te digo ¡¡¡BRAVO…!!! para mí has sido la ganadora con letras mayúsculas. Te mando mi abrazo amiga.
Concuerdo contigo amigo, ella se merece una medalla especial.
Gracias por compartir esta historia, muy buena.
Excelente diría yo.
Un abrazo grande para ti
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Otro abrazo, amiga, esto me ayuda a seguir, gracias.
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Es muy bonito tu blog, he ido leyendo poco a poco y me ha gustado mucho.
Besitos Texanos y abrazos
Soy mexicana y vivo en Texas USA
Saludos
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Me da mucha alegría que te guste mi blog, es un placer, un beso muy fuerte desde Barcelona, aunque soy nacido en Sevilla, besos.
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Que placer tu blog!!
Vale la pena cada vez que me regalo en él un rato de lectura.
GRACIAS POR COMPARTIRTE!!
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Muchas gracias por tus palabras de ánimo y por asomarte a éste rincón, besos.
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Lo que ha hecho es simplemente amor, amor por su caballo, ese amigo con el que compite y cabalga todos los días en sus entrenamientos y saltos, un compañero de trabajo al que no explota sino que se divierten juntos en lo que más les gusta, Medalla de Oro para los dos.
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De oro para los dos, un abrazo.
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Gracias por esta entrada.
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Gracias a ti, por estar ahí, un abrazo.
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Muchos deportes se han convertido en una farsa, en una excusa para trapicheos varios. Pero esto, esto sí que es de medalla, un acto que solo los que aman a los animales pueden comprender en toda su dimensión. Cuando ves a ese ser de cuatro patas como un amigo, como un igual, has cruzado la línea; ya no ves el mundo con los mismos ojos. Porque esas amistades no traicionan. Los animales no mienten. Los animales no humanos…
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Tienes razón, ya no se ve con los.mismos ojos, gracias, un abrazo.
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Es bueno comprobar que en medio de tanto kaos siempre puede haber un rayo de luz.
Saludos.
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Es lo que mantiene la esperanza, un abrazo.
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