Muchas personas hacen colas para sellar sus quinielas, sus loterías y todo tipo de apuestas con la certeza de que si aciertan y se vuelve ricos, la felicidad total llegará a sus vidas, por que se comprarán todas aquellas cosas con las que sueñan, y si no es así, porque las estadísticas señalan que hay más posibilidades de que te parta un rayo a que saques la lotería, entonces sueñan poco a poco, y aunque no está mal soñar, si cuando el soñar te quita el sueño, y dicen…
Seré feliz, cuando encuentre mi primer trabajo…
Seré feliz, cuando tenga mi propia casa…
Seré feliz, cuando encuentre una buena mujer que me quiera…
Seré feliz, cuando tenga un hijo…
Y así podríamos llegar hasta el día del juicio final…
Y podríamos llegar, porque la felicidad no depende de lo que tengamos o a quién tengamos, pero no soy yo quién vaya a decir como se logra la felicidad, en primer lugar porque no lo se, y si personas doctas y pensadoras no lo han logrado sería una frivolidad siquiera acercarse.
Pero aún así, en muchas ocasiones el pensar en tener cosas, no nos permiten disfrutar las que ya tenemos, pues queremos conseguirlas pero cuando las tenemos vemos que no nos ayudó a conseguir la felicidad, sino que se convierte en una escalera en la que no ves el último escalón, porque siempre hay uno más.
Y nadie niega que cumplir una meta u obtener algo que deseamos nos hace sentir bien, pero por regla general esa sensación suele ser pasajera, porque ser feliz es como la salud, depende de muchos factores.
Un sabio de la antigüedad, que se llama como este blog, dijo acertadamente… «que el dinero es para una protección»… pero también advirtió…«un simple amador de la plata no estará satisfecho con plata, ni ningún amador de la riqueza con los ingresos.»
Y con suma claridad nos dejó bien claro, que como la codicia no tiene límites, puede cegarnos y no dejarnos disfrutar de lo que ya tenemos.
Curioso es que tres mil años más tarde, el (Journal of Happiness Studies) declarara que…«una vez cubierta las necesidades básicas, un mejor sueldo no equivale a más satisfacción.»
Por tanto, es normal que a todos nos apetezca estar mejor de lo que estamos, pero siempre de manera equilibrada, nos va a ayudar el pensar que lo más importante es nuestra vida, vivirla, y no malgastarla detrás de cosas y metas que nos la roben.
Reaccionar a la vida con optimismo, contento de, quizás, haber logrado muchas cosas, algunas con gran esfuerzo, disfrutándolas y dando tiempo quizás para el siguiente esfuerzo.
Los estudios indican que reflexionar en los aspectos positivos de haber logrado lo que tenemos y ser agradecidos con ello, nos hace sentir mejor, o lo que es igual, más felices.
Voltaire, lo tenía claro cuando dijo…«cuanto más feliz soy, más compadezco a los reyes…»
La felicidad es una decisión personal e individual. Si continuamente te sometes a objetivos incumplibles, no tendrás jamás esos momentos que da la satisfacción del deber cumplido.
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Toda la razón, abrazos.
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Interesante reflexión!!!
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Gracias por estar ahí, un abrazo.
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Creo por experiencia propia, que la felicidad son instantes mágicos en varios momentos de nuestra vida, no creo que haya un día completo de felicidad si la asociamos con lo material.
Mirar un bello paisaje, contemplar la luna llena y sentir la brisa del mar, y si puede ser en buena compañía no tiene precio.
Buenas noches.
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Precisamente lo mejor de esta vida es gratis, gracias, un abrazo.
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