¿Vale la pena vivir…?

Me considero viejo, y por tanto con experiencia, quizás simpático y sociable, pero detrás de mis esporádicas sonrisas se esconde  una profunda tristeza que me deja sintiéndome inservible por días, semanas y hasta meses, en esos momentos no pasa un día sin que piense en morirme, estoy convencido de que el mundo sería un mejor lugar sin mí.

Entonces es el momento de preguntarse…¿vale la pena vivir…?

Y esto no es un pensamiento aislado, es el pensamiento de mucha gente, porque según algunos estudios, por cada persona que se suicida hay 200 que lo intentan y 400 que lo han pensado.

Y aunque quizás nunca nos quitaríamos la vida, a veces no encuentras razones para seguir viviendo y esto hace que veas la muerte como una salida y no como una enemiga.

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Muchas personas se sienten así, y algunas de ellas han pensado, o incluso intentado, terminar con su vida. Sin embargo, de acuerdo con los expertos, lo que realmente buscan estas personas no es acabar con su vida, sino con el sufrimiento. Creen que tienen razones  para morir, y lo que necesitan son razones para vivir.

¿Y vale la pena seguir viviendo…?

Por apuntar algo, expongo tres razones para pensar lo contrario.

MITO: Hablar del suicidio, o tan solo decir la palabra, fomenta el deseo de quitarse la vida.

REALIDAD: Hablar abiertamente del tema puede ayudar a una persona a pensar en otras opciones.

RECUERDE: Si un problema te parece demasiado grande, trate de superarlo poco a poco, es como subir una montaña, hay que hacerlo paso a paso.

Se dice que el suicidio es “una solución permanente a un problema temporal”. Aunque le cueste creerlo, las situaciones angustiosas, hasta las que parecen estar fuera de su control, pueden ser temporales o mejorar inesperadamente.

¿Y si la situación no cambia? De todos modos, lo mejor es hacerle frente, pero poco a poco.

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Tal vez esté enfrentándose a una enfermedad crónica, el fracaso de su matrimonio, la pérdida de un ser querido, o haber sufrido la traición de la persona que amas y en quién confiabas, u otra circunstancia irremediable. ¿Qué puede ayudarte en esos casos?

Aceptar que hay cosas que no puede cambiar y concentrarse en las que sí puede cambiar, como su manera de enfrentarse a las dificultades. Así podrá ver la situación desde un ángulo más positivo. Quizás encuentre otras formas de manejarla en vez de pensar en soluciones drásticas, como el suicidio. Al final, verá que es posible controlar, hasta cierto grado, circunstancias que parecían incontrolables.

QUÉ PUEDES HACER: Hable con un familiar o un amigo sobre su situación. Tal vez ellos puedan ayudarle a verla con más equilibrio.

Quizás crea que no hay mejor remedio para sus dificultades que la muerte. Pero sí existe ayuda, y está a su alcance.

Según la Fundación Americana para la Prevención del Suicidio, “los estudios demuestran que una mayoría abrumadora de las personas que se han quitado la vida —más del 90%— padecían una enfermedad mental, pero en muchos casos no sabían que estaban enfermos, no recibieron un diagnóstico o no fueron atendidos debidamente”
Personas que lo aman. Hay muchas personas —como sus familiares y amigos— que de seguro ya han demostrado su interés en usted. Incluso hay gente que no conoce pero que también se interesa en su bienestar. Algunas han admitido que estaban desesperadas por recibir ayuda y que habían pensado en quitarse la vida.

Ayuda profesional. Por lo general, los pensamientos suicidas son causados por trastornos emocionales, como la depresión. Si sufre una enfermedad de ese tipo, no tiene por qué avergonzarse, tal como no se avergonzaría por una enfermedad física. De hecho, a la depresión se le llama “el resfriado de la mente”: cualquier persona puede padecerla y tiene tratamiento.

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La depresión es como un agujero profundo del que es muy difícil salir solo, pero con el apoyo de alguien de seguro lo logrará.

Busque a un profesional acreditado que se especialice en trastornos emocionales como la depresión.

Si los pensamientos suicidas son intensos o no desaparecen, busque ayuda: llame a una línea telefónica para la prevención del suicidio o vaya a la sala de urgencias de un hospital. Allí encontrará personal preparado para ofrecerle la asistencia que necesita.

«Entre las miserias de nuestra vida en la tierra, el suicidio constituye el más preciado don que Dios ha concedido al hombre.» Plinio el Viejo.

43 comentarios en “¿Vale la pena vivir…?

  1. Un tema muy importante del cual casi nunca se habla. Muy buenas ideas, aunque me parece que casi siempre que se habla del suicidio se habla de cómo tratar con alguien que quiere suicidarse. Yo me pregunto, ¿cómo podemos crear un mundo en el que la gente no quiera hacerlo? en muchos países el sistema educativo y laboral crean personas que no se sienten motivados a hacer nada. Y ni hablemos del bullying y la discriminación. Me parece que también debemos de empezar por nuestro entorno y tratar de crear una sociedad donde la gente no se sienta motivada a terminar con sus vidas.
    ¡Un abrazo!

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  2. Aun no se como empecé a leer y me dije a mi misma Oh esto me paso hace un tiempo .es orrible y gracias a Dios sali de esto pero la verdad es que esto ocurre a muchas personas en algún momento y ahi es cuando deberiamos estar preparados para bloquear estos pensamientos
    Excelente y real deveria hacerlo llegar a mas personas o publicarlo en otro red no se
    Yo lo encontre por casualidad
    Gracias de veras

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  3. Hola, he llegado hasta aquí por @larubricadelcubo. Me ha gustado mucho tu reflexión.
    Estos comentarios me parten el alma: ‘en esos momentos no pasa un día sin que piense en morirme, estoy convencido de que el mundo sería un mejor lugar sin mí.’

    He resumido mi experiencia en el blog que me ha traído hasta aquí y sé lo que es la depresión, y también un transtorno de ansiedad, sé lo que es el sudor frío, la presión en el pecho que se convierte en taquicardia, la desmotivación extrema, se de esto y mucho más, tristemente.
    Y esos comentarios me parten el alma porque sé cuan cierto es, cómo realmente una persona buena, puede sentirse así. Pero eso es muy triste, porque realmente si alguien sobra en el mundo son las personas que fabrican bombas, las que van armados a la guerra dispuestos a matar al prójimo por defender un pedazo de tierra, gente que abusa de menores y de mayores, que golpea ancianos, que se burla de los que son de otro color o raza. Si alguien sobra en el mundo son ellos, no una personita buena, que se percibe a sí misma como insignificante en este mundo cruel.

    El mundo al revés. Ellos, tan altaneros y los que valen de verdad, (se ven) tan pequeños… Pero de todo se puede salir, con la ayuda necesaria y una lucha consciente. No es fácil, pero se puede.

    Gracias por el post. Un saludo.

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  4. Justo veo un drama en donde el tema principal es exponer las diversas enfermedades y trastornos mentales de una forma que entendamos que éstas deben considerarse como un cáncer, un hueso roto o un resfriado. La gente acepta bien una enfermedad física pero nunca ve con buenos ojos una mental, cuando la verdad ante nuestra vida podemos desencadenar trastornos a causa de hechos que para muchos serían insignificantes pero son letales para trastocar fibras sensibles de la mente. Cuántos no tenemos un trauma enterrado y cuántos no tenemos ciertas tendencias a desarrollar un trastorno. Fue un excelente texto, te seguiré 😊

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  5. y cuando viene en contra mano le encuentra justificación a todo y he pasado por esto y fueron familiares los que me ayudaron a salir y por supuesto un profundo psicopateo interno que me hice yo mismo no es fácil me costo casi un año y medio encontrar las bases para poder encaminarme y salir adelante… muy interesante tu informe y real, que puede estar pasando en alguna persona que este a tu alrededor

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  6. Buena, me ha gustado mucho, soy joven y desde pequeña la psicóloga dijo que soy una persona depresiva,a veces, estoy bien y otros días mal, es terrible! Pero me siento mejor leyendo este tipo de post y saber que hay personas que se identifican, también mejora mucho mi estado de animo escribir! Le sigo, ojala pueda Ud también seguirme.

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    1. Ya te estoy siguiendo, he visitado tu página y me gusta, y en cuanto a lo de los estados de ánimo, te comprendo, pero la vida es así, yo también he tenido momentos bajos, pero intenta ver todo lo bueno que tienes, valóralo, por ejemplo tu juventud, tu honestidad a la hora de manifestar lo que sientes, etc, hay tantas cosas buenas y por eso debemos afianzarnos a ello, a ser personas honestas y no hipotecar nuestra vida con decisiones frívolas o tomadas a la ligera, y noto que tu a pesar de se joven, eres muy madura, y me alegro, perdona si me he extendido, pero te he dicho mi pensar, gracias por estar ahí, un abrazo, G.

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  7. Siempre vale la pena vivir!! Sé que hay personas que atraviesan situaciones amargas y desesperadas. Pero siempre hay salida y hay que saber poner remedios, como ponerse en manos de los profesionales. Y sobre todo tener el apoyo incondicional de la familia.

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  8. Relacionado con el tema, aunque pueda parecer lo contrario, recomiendo (a quien no lo conozca) la lectura de «El hombre en busca de sentido», de Víktor Frankl, psicólogo y prisionero de campos de concentración nazis, que desarrolló una teoría y una terapia basada en por qué los seres humanos seguimos viviendo cuando parece que no hay motivos para ello. Muy interesante y aleccionador, desde mi punto de vista. Un abrazo!!

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  9. Yo tuve una crisis a los 18 años, la carrera que elegí no fue lo que me esperaba y eso me causó tal impacto que me quedé encerrado en casa durante 6 meses (mis amigos me sacaban a pasear…) y la idea de acabar con la vida era algo recurrente en mi pensamiento. En mi caso no era por sufrimiento, sino por desidia. La vida había perdido el sentido para mí. (Luego me enteré que las ideas suicidas en la transición a la vida adulta son algo muy frecuente y forman parte del proceso de crecimiento en muchos casos.)

    Para alguien que está en un estado mental cómo en el que estuve yo (y el mío no era de lo más grave ni por asomo, no me autolesioné jamás por ejemplo…) es difícil sino imposible ver «el lado bueno de las cosas» y los comentarios positivos son incluso contraproducentes, ya que la persona se siente inútil por no poder conseguir ver y hacer lo que para los demás es tan evidente y sencillo.

    A nivel personal aprendí que es importante reforzar los vínculos (amistades, familia…) porque son tu red de seguridad cuando caes. Y de cara a aproximarse a alguien que se encuentra en un estado similar (hay casos y casos y no soy psicólogo, que conste) yo intentaría primero de todo conectar con ese estado, intentar que la persona se abra (con la cautela que se intentaría acariciar un ciervo en el bosque) y que comparta algo, aunque sea poco, de su interior. Y después de eso tratar de normalizar la situación. Todos necesitamos y tenemos derecho a estar tristes, hundidos, a odiar, a despreciar la vida en ocasiones… y sólo desde la aceptación de esas emociones y sentimientos se tiene un punto de partida desde el cual ir cambiando los colores del paisaje emocional de esa persona (que los tiene que cambiar esa persona, con ayuda, pero esa persona).

    La depresión basándome en lo que he leído, mi experiencia y las personas que he conocido que la han pasado (que son muchas) es el bajón forzoso que le da a una persona que ha sido demasiado fuerte durante demasiado tiempo, funcionando por encima del 100% del rendimiento y quemando la máquina. No somos ni superhombres, ni supermujeres y tenemos que reconocer cuando las cosas empiezan a sobrepasarnos (tenemos que conocernos a nosotros mismos, como conocemos la comida que nos sienta bien y la que no) para prevenir un sobredesgaste enorme, que conduce al pozo, que es la parada de boxes de la vida, en la cual tenemos (por imposición de nuestra alma) el tiempo suficiente para recomponernos y repararnos.

    Disculpad la parrafada, pero es un tema que llevo dentro y me apetecía compartirlo.

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  10. Es una pregunta lícita y muy habitual en los seres humanos. En mi opinión, más que preguntarnos si merece la pena vivir, tenemos que pensar en qué vamos a hacer si tomamos la decisión de morir. La conclusion es clara: no haremos nada interesante. En vida podemos tomar decisiones, incluso algunas muy equívocas. Pero muertos la única decisión que podemos tomar es seguir muertos. Y me aburre no tener opciones. Por lo tanto, como es una medida irrevocable, y única, lo mejor es vivir. Tiempo tendremos de estar muertos, y decidir si esa nueva situación es mejor que la actual. Es mi modesta opinión.

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