Los humanos somos tan inteligentes que somos capaces hasta de auto destruirnos, por eso he querido recoger alguna opinión de personas expertas que demuestran esta afirmación.
El explosivo crecimiento urbano está generando ‘islas de calor’ tan intensas que tienen su propio microclima”, informa el rotativo The Times, de Londres.
Las ciudades atrapan el calor durante el día y lo irradian de vuelta al espacio por la noche; como consecuencia, hay ciudades, como Pekín y Atlanta, con temperaturas que sobrepasan los valores normales en 5,5 °C o más.
En los pasados diecinueve años, dicha ciudad ha visto 150.000 hectáreas arboladas convertirse en carreteras y zonas residenciales. La expansión urbana descontrolada eleva la contaminación ambiental, provoca tormentas eléctricas fuera de temporada y reduce la productividad fotosintética de las tierras de labranza.
El doctor Marc Imhoff, científico de la Administración Estadounidense para la Aeronáutica y el Espacio (NASA), expresó lo siguiente sobre los efectos de esas “islas de calor”: “La supervivencia del ser humano depende de la capacidad del terreno para producir alimento. Si se ve reducida sustancialmente la capacidad de los cultivos para realizar la fotosíntesis, se verá también reducida la del planeta para sustentar la vida humana”.
En la mayoría de los casos, son los mejores terrenos de cultivo los que se sacrifican en aras de la expansión urbana.
«La tierra provee lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada hombre, pero no la avaricia de cada hombre.»-Mahatma Gandhi.
Buen artículo. Javier
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Gracias amigo, abrazos.
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