Hay algunos adultos jóvenes que se fueron de casa, trataron de independizarse, pero tuvieron problemas económicos que los obligaron a regresar con sus padres. ¿Te ha ocurrido eso a ti?
Aunque quieras mucho a tus padres, volver a vivir en su casa puede ser difícil.
Si estás pasando por algo similar, este artículo puede ayudarte a superar la situación.
Problemas económicos. Muchos jóvenes se sorprenden al darse cuenta de lo cara que es la vida.
Desempleo. Perder el empleo puede desbaratar hasta los mejores planes para independizarse.
Expectativas poco realistas. Algunos jóvenes adultos entran en el mundo laboral sin la preparación necesaria para mantener un empleo. A veces el trabajo es más difícil de lo que se habían imaginado. Se dan cuenta de que esa independencia con la que tanto habían soñado está muy lejos de ser ideal. Nunca pensaron que la vida adulta sería tan dura.
Aprende a administrar tu dinero. (Manual completo para administrarse: dedicado a adolescentes y universitarios) dice: “La forma de gastar tu dinero indica si podrás o no tener éxito con tus finanzas personales. […] Es vital que entiendas que no debes comprar lo que no necesitas”.
Pide consejo. Tus padres y otros adultos pueden enseñarte a ahorrar, a hacer un presupuesto y a pagar tus deudas. “Tuve que aprender lo básico”, comenta María, una mujer joven. “Una amiga me ayudó a hacer una lista con mis gastos. ¡No podía creerlo, casi todo era innecesario! También aprendí que es indispensable ser disciplinado cuando vives solo.”
Lo más importante no es el tipo de trabajo que tengas, sino ser bueno en tu trabajo
Busca trabajo. El tiempo que pasarías trabajando, ahora úsalo para buscar empleo. Una advertencia: habrá quien te diga: “Sigue tras tus sueños”. Pero si buscas el trabajo de tus sueños, tendrás muy pocas opciones y quizás hasta pases por alto una buena oferta de empleo. En vez de buscar la ocupación ideal, no te cierres a otras oportunidades. Piensa que lo más importante no es el tipo de trabajo que tengas, sino ser bueno en tu trabajo. De hecho, quienes se hacen hábiles disfrutan más de su empleo. No tienes por qué hacer lo que te gusta para que te guste lo que haces.
Los estudiantes universitarios de Estados Unidos suelen pasar por los mismos apuros. Según un informe de The Wall Street Journal, al terminar su carrera, un estudiante debe, como promedio, 33.000 dólares por préstamos universitarios.