¿Cómo es posible que dos personas que han prometido amarse lleguen al punto de no dirigirse la palabra por horas o hasta días? “Por lo menos, así ya no peleamos”, tal vez piense. Sin embargo, el problema sigue ahí, y la situación es incómoda para ambos.
Hay quienes recurren al silencio para desquitarse de su pareja. Imaginemos que un esposo hace planes para el fin de semana sin consultar con su esposa. Cuando ella se entera, se enfada y le dice que es un desconsiderado, pero él la acusa de ser demasiado sensible. Ella se marcha furiosa, decidida a dejar de hablarle. Es como si le estuviera diciendo: “Tú me hiciste daño y ahora me toca a mí”.
Hay quienes adoptan esa táctica para conseguir lo que quieren. Imaginemos que un matrimonio está planeando un viaje y que ella comenta que le gustaría invitar a sus padres. El marido no quiere llevarlos y le dice: “Estoy casado contigo, no con tus padres”. Entonces deja de hablarle para hacerla cambiar de opinión.
Claro, a veces, cuando la situación se pone tensa, es conveniente dejar de discutir y esperar a que los ánimos se calmen. Ese tipo de silencio es positivo. Pero cuando el silencio se usa para desquitarse o manipular, el problema se prolonga y el respeto que se tienen el uno al otro se debilita. ¿Cómo puede evitar que le suceda eso?
Ante todo tiene que reconocer que la táctica de dejar de dirigirse la palabra es, a lo más, una solución temporal. Es cierto que puede satisfacer el deseo de desquitarse u obligar a su pareja a hacer lo que usted quiere. Pero ¿es así como desea tratar a la persona a la que prometió amar? Hay mejores maneras de resolver los conflictos.
Cuando su pareja le diga en tono molesto “Nunca me escuchas” o “Siempre llegas tarde”, no reaccione de manera exagerada. Mejor trate de captar lo que le quiere decir en realidad. Pudiera ser que la frase “Nunca me escuchas” realmente signifique “Creo que no tomas en serio mis opiniones”.
Vea a su cónyuge como su compañero de equipo y no como un contrincante
Las discusiones tienden a hacerse más acaloradas mientras más duran.
Piense en los dos, no solo en usted. Si ve a su pareja como un compañero de equipo y no como un contrincante, será menos probable que se sienta ofendido, que discuta y que deje de hablarle.
(Datos de la revista Despertad!)
Hay veces que resulta complicado.. y con 3 piezas en casa mas.. aunque sean buena gente… abultan ya lo suyo😊
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Casi siempre es mucho más difícil ponerse en el lugar del otro, pero sin duda, como en cualquier comunicación, lo ideal es saberse entender y comprender. Muy buen trabajo, saludos.
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