Son las tres de la mañana, un compañero taxista coge un cliente que le pide que lo lleve al hotel Alimara, en Barcelona, el no sabe por donde cae, piensa poner el navegador, pero primero pregunta por la emisora interior si algún compañero sabe por donde queda este hotel, para tener una idea, enseguida le contestan… «tienes que coger la ronda de Salt, salida cuatro, en la calle Berruguete, ya lo verás desde la ronda…», «gracias», contesta el.
Al momento, otro compañero le habla y le dice más o menos lo mismo, y otro, y otro…, al final siete u ocho taxista le han dicho lo mismo…, y pregunto ¿No era suficiente con la información que le dio el primero…?, pues si, pero parece que hay la necesidad de que cada uno de nosotros demos nuestra opinión o información.
Y esto es cierto en todos los ámbitos de la vida, parece que tengamos que intervenir para dar nuestra opinión siempre, opinión que siempre creemos que es la correcta.
Ahora por ejemplo hay un debate con esta mujer, Juana Ribas, que parece ser que ha de entregar a sus hijos a un padre, según dicen maltratador, y han aparecido movimientos a favor de unos y a favor de los otros.
Y yo pregunto,… ¿todas las personas que se han posicionado en un lado o en otro saben todos los pormenores de esta situación…?
Lo dudo.
Pero ahí están posicionados. Y yo respeto y entiendo a unos y a otros pero mi opinión sería más emocional que otra cosa.
Y es que somos un país repleto de «abogados de los pobres» que queremos solucionar todo lo que acontece pero según nuestro criterio.
Aquí en Colombia es igual, pasa una cosa u otra y cada quien piensa tener la razón de sus juicios que casi siempre están sin fundamento y alimentados de la desinformación.
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No podemos hacer nada, los humanos somos así. Gracias,abrazos.
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Creo que lo que sucede en este y en muchos otros casos donde hay polémica es que se quiere defender lo que en opinión de muchos es «política y moralmente correcto». Ser abogado de profesión y sobre todo juez jamás es fácil, porque éstos últimos toman decisiones que repercuten a las personas que cayeron en sus manos, y no resuelven conforme a sentimentalismos (o no debe ser así), resuelven conforme al derecho, y es ahí donde la población en general no entiende el por qué de tal o cual sentencia. Buen blog, un abrazo.
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Toda la razón. Con los años, cada vez me doy más cuenta de que no se nada. Así que juzgar, mucho menos!
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Que buena es la experiencia, gracias Eva, un abrazo.
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Pasa siempre a cada rato y al parecer, en todas partes.
Saludos…
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Gracias W, un abrazo.
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