Anoche veía por televisión una noticia, que en la comunidad de Madrid habían instalado una especie de máquina tragaperras para los niños, a modo de que se diviertan y en las que si ganan, ganan puntos para ciertos regalos o premios.
Preguntado al consistorio, ha dado las razones, es una forma de despertar ejercicio mental y físico para los menores.
También en Buenos Aires se ve a una señora forrando a su hija de bengalas para poderlas pasar inadvertidas ante el gran partido de River Plate contra Boca Juniors en la final de la Copa Libertadores.
Me pregunto… ¿se nos ha ido la olla…?
De que sirven las asociaciones contra la ludopatía si un consistorio impulsa el deseo de jugar a las máquinas tragaperras ya a los menores de corta edad.
O de una madre, de incitar a la violencia en lo que debería ser un espectáculo tranquilo para todos.
Lo dicho, estamos cada vez peor, como cencerros…
Definitibamente se nos ha ido. Y no tiene pinta de volver, cargaba cuatro cacerolas más. Lo dicho, no hay por donde coger al mundo.
Me gustaMe gusta