Barcelona

Ayer recibí un escrito de mi hijo con el cual estoy totalmente de acuerdo y que me apetecía sacarlo aquí…

No sé si alguien piensa igual.

«Hace tiempo que dejé de respirar ese aliento lleno de color que me daba la vida, hace tiempo que te miro de frente y ya no te siento la misma, hace mucho que intento ver en ti aquello que hace tanto me dabas.

Quiero encontrarte y no me encuentro. Te siento como aquel niño que le dan rienda suelta y suelta se queda la rienda, y sola.

Hace tiempo que tus calles están frías y llenas de desconfianza, llenas de gritos, discusiones y «marcas», esas «marcas» que en vez de llenar estómagos y esclarecer futuros, hacen más vacía, si cabe, la esperanza de algunos que hace tiempo perdieron porque realmente era lo último que tenían, y como por ahí bien dicen la esperanza es lo último que se pierde no?, mal de muchos beneficio de tontos, o no era así?, menudo consuelo.

Barcelona, aquella de la que se hablaban maravillas, aquella que una canción te gritó al mundo, aquella que las olimpiadas te dieron tu marca personal, aquella que visitaba cualquiera sin diferenciar procedencia o ideología, aquella que dos no discutían para ocupar el espacio, sino que el espacio se ocupaba para discutir, pero juntos, con diferencias pero sin odio, con ganadores pero sin podio, Barceloneta bella, donde está ese ambiente familiar donde años y años de trabajo construyeron tus calles históricas, llenas de historias que contar manchadas por la ausencia del respeto y la seguridad.

Barcelona, no te reconozco, echo de menos las flores en tus balcones dando color a tus interminables calles y no los interminables colores intentando demostrar quien manda o quien debe mandar sin saber que al fin y al cabo los colores son los mismos pero en distinto orden.

Mi Barcelona querida, ya no veo amor en el metro porque los únicos abrazos que hay son a sus propios bolsos y pertenencias personales, pertenencias personales que solo deberían pertenecer a una persona y no por ser tiempo plural, a varias, como viene siendo de costumbre, costumbres que nunca debían convertirse en eso, acciones que se repiten continuamente mientras tantos otros miran para otro lado.

Barcelona, donde se quedó esa Rambla llena de luz, espectáculo y diversidad ahora marcada por el paso del dolor y el llanto el cual se aprovecha para competir por el grito más alto.

Barcelona te echo tanto de menos…

Tengo la esperanza de volver a cruzar la puerta de acceso al tren sin tener que mirar atrás mientras cincos personas pasan pegadas a mi con total impunidad.

Barcelona añoro ver por tus calles a los niños correr y no a delincuentes que se adueñan sin permiso de libertad e ilusiones turísticas, fabricantes de miedos que atemorizan a los más indefensos y aquellos que hace mucho se quedaron solos sin ni siquiera quererlo.

Barcelona ocupada y no por paz, unión y entendimiento.

Barcelona sé que estás ahí, pero olvidada, olvidadas de aquellos que nunca debieron dejar de atenderte y tratarte como mereces.

Barcelona, ojalá vuelvas pronto y mis recuerdos no sean solo eso, recuerdos, recuerdos que fueron y quisiera que volvieran a ser.

A mi Barcelona.»

Rafael Hurtado Jr.

Me ha llenado la sensibilidad con la que trata a ésta tan querida ciudad abierta al mundo.

3 comentarios en “Barcelona

  1. Es uns reflexión que hace tiempo tuvieron que hacer, aquellos que solo vieron en sistema autonomias una formula de presión económica. Presión en ambos sentidos. Sin duda. Pero las intransigentes posiciones adoptadas, solo han servido para llevárselo calentito. Estoy contestando por el respeto que merece esta tribuna de opinion y su mentor, pero la verdad es que me importa poco la politica española hacia la Germaunión y la Troika. Barcelona, mejor Cataluña queda en esa ruta. Lo siento. Un abrazo.

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  2. También yo estoy de acuerdo con lo que dice, no soy de Barcelona pero nací y sigo viviendo en otra comunidad española que aunque ahora estamos «mejor» con el problema que sufre ahora Barcelona, (aunque lo nuestro fue terrible y doloroso), me imagino que con éstas palabras adivinaras que comunidad es, se pasa muy mal y duele ver que en nuestra tierra tan bonita iba desapareciendo la convivencia entre nosotros y era el odio el que había llegado (aunque todavía eso no ha desaparecido del todo por desgracia). Espero y deseo que esa ciudad tan bonita como Barcelona recupere lo que dice tu hijo ha perdido, ojalá sea así.

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