¡Pégame, por favor…!

A veces cuando dices que el mundo se está convirtiendo en un lugar peligroso para vivir, parece que sea una expresión exagerada, pero yo que vivo en primera línea de fuego el mundo de la noche, les puedo asegurar que es así.

Tienes que ir con cuatro ojos, y no ya por lo que pueda pasar, sino como uno actúa, corriendo el riesgo que después de haber sufrido el problema, todavía seas el que pague el pato.

Me explico.

Imagínate una cafetería, un señor que lleva toda la tarde «dando por culo», increpando a los clientes y creando un mal ambiente, cuando llega la hora de cerrar se le invita a que pague y se marche, en vez de hacerlo agrede al personal que está de servicio, el guardia de seguridad lo invita a salir, como no le hace caso intenta sacarlo del local, este le empuja y saca su porra de defensa, el otro intenta quitársela, a lo que el primero responde dándole uso a la porra, este cae al suelo llevándose más de un mamporro, entonces la gente de alrededor empieza a gritar por la situación y algunos gritan…RACISTA, RACISTA, porque el ínclito era una persona negra.

Señores míos, si una persona llegar a faltar el respeto de esa manera que más da que sea negro o que sea mi primo de Albacete, pero nos hemos convertido en un país de abogados de los pobres.

Tuvieron que acudir al lugar de los hechos varios coches de policía y una ambulancia, incluso un policía nos dijo si podíamos llevarlo gratis a su domicilio.

Prescindiendo del color de la piel, si un señor se salta las reglas del juego debería pagarlo, sea blanco, negro o amarillo, pero esto es caridad mal entendida, porque ahora al vigilante que cumplió con su obligación le van a llover los problemas y al infractor, o mejor dicho al delincuente se le dio toda la atención.

Y a pagar los servicios del erario público.

Así nos va.

Entonces no entiendo cómo se les provee de porras a los guardias de seguridad, en vez de eso deberían poner a dos hermanitas de la congregación de las Trinitarias para que traten el problema poniendo la otra mejilla.

8 comentarios en “¡Pégame, por favor…!

  1. Al final se ha hablado tanto de la discriminación hacia los demás que no nos damos cuenta que somos más racistas cuando defendemos a un negro por ser negro que por ser tan humano como cualquiera de otra raza. Decir, por ejemplo, que en una organización política, sindical o de lo que sea, debe haber al menos un negro y una mujer como miembros de la misma es, a mi entender, la mayor estupidez del mundo si de combatir discriminación se trata. La idoneidad para un puesto determinado debe ir más allá de género, etnia, credo o color de la piel.

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  2. Gracias a la red he podido ver qué en España los espectadores de problemas siempre sacan de contexto la situación y atacan al primero qué se les ocurra… si es una mujer gritaran ¡Machista! Si es alguien negro ¡Racista! Y así sucesivamente.

    La razón hay que dársela al que la tiene y punto. La reacción qué tomo el guardia fue la mínima esperada.

    Saludos.

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