“Hijos e hijos de los hijos. ¡Atiendan! […] Más tarde o más temprano, esta montaña arde. Pero antes de que esto ocurra, hay murmullos, rugidos y temblores de tierra. Salen humo, llamas y relámpagos, el aire tiembla, retumba y brama. Huyan mientras puedan […]. Si la desprecian, si las riquezas y los bienes les importan más que la vida, castigará su temeridad y avaricia. No se preocupen por su hogar y su casa, huyan sin vacilar.”
ESTA advertencia, extraída del libro Earth Shock, de Andrew Robinson, se grabó en una placa conmemorativa en Portici —población italiana a los pies del monte Vesubio— tras la erupción del volcán en 1631. En aquella ocasión murieron más de cuatro mil personas. “Por casualidades de la vida —dice Robinson—, fue esta erupción […] la que hizo famoso al Vesubio.” ¿Por qué? Porque durante la reconstrucción de Portici se descubrieron las ciudades de Herculano y Pompeya, las cuales habían quedado enterradas cuando el volcán estalló en el año 79.
Plinio el Joven, romano que sobrevivió a este desastre y que con el tiempo sería gobernador, mencionó en sus escritos inusitados temblores de advertencia. Tanto él como su madre, entre otros, reaccionaron ante el aviso y sobrevivieron.(Datos de la revista Despertar)
Es curioso que de manera continua se nos están dando advertencias y señales pero no queremos verlas o miramos para otro lado.
Este y otros estallidos de la naturaleza avisan antes de que ocurra la tragedia, llámese Coronavirus, calentamiento global u otros, no dejemos de seguir las recomendaciones, estás avisado.