
Aquí estoy, al pie del cañón, son las 00:02 de un nuevo lunes, fuera del taxi hay una temperatura de 4°, las calles vacías, todos los bares y restaurantes ya hace rato que bajaron sus puertas, pero yo sigo aquí porque siempre vendrá alguien que necesite de mis servicios, o alguna abuelita que necesite urgentemente una medicina.
Lo cierto es que ver la ciudad vacía también tiene su encanto y seguramente a partir de las 3 o las 4, habrá quien tendrá que viajar a Barcelona o al aeropuerto.
Aún así, aunque no venga nadie, el servicio público del taxi de Sitges está presentes 🎁