Sabéis que llevo ya varias décadas haciendo el taxi en Sitges y eso a pesar de que hace tres años me jubilé, pero después de unos meses de descanso volví a retomarlo y lo hice, primero porque después de más de cincuenta años trabajando se me hacía muy difícil quedarme en casa en un sofá viendo programas de mierda en la televisión y aunque puedes hacer muchas más cosas siempre te sobran horas que no sabes a que dedicarlas por eso volví a coger el volante.
Me encanta interactuar con las gentes porque conoces todo tipo de personas y cada una con una historia, de hecho yo pienso que no somos solo coches con conductor sino un poco psicólogos porque la mayoría nos cuenta sus historias, sus quejas y sus alegrías.
Esta noche sobre las tres de la madrugada he llevado a unos clientes a Vilanova y la Geltrú y al volver me sentía bien circulando por la ciudad sin que ningún coche te diera la lata, nadie por la calle, me sentía amo y señor en esos momentos, más tarde he ido a la Plaza Real de Barcelona situada al sur de Las Ramblas, allí si había bastante gente a pesar de la hora, unas Ramblas engalanadas con la iluminación navideña.
Después un par de veces con servicio a la terminal 1 del Aeropuerto y a las siete para casa.
Ahora son las 7:40 y no me quería ir a dormir sin trasladaros este pensamiento.
Un día más vivo, un día más de vida, todo un éxito.
Esa es la forma de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Que tengas un buen fin de semana, Rafael.
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Pues si, precisamente las pequeñas cosas son las que dan felicidad, gracias por pararte y escribirme, también un feliz fin de semana, un besote🥰
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